Informe sobre el Estado de la Población Mundial de 2025, elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) está dedicado en esta edición a las intenciones reproductivas y la crisis de fecundidad, y expone los resultados de un estudio sobre el tema en 14 países.
Durante su lanzamiento en Cuba, Marisol Alfonso, jefa de la oficina de UNFPA en la mayor de las Antillas, destaca que el material cuestiona en cuatro capítulos las preguntas tradicionales realizadas por los expertos para entender los comportamientos reproductivos.
“Si bien la mayoría de las acciones a nivel mundial se han enfocado en métricas, lo importante son los procesos de toma de decisión, donde los propios individuos determinan su reproducción”, puntualiza.
Según la experta, ha habido un incremento de las personas que no quieren tener hijos a nivel global, aunque la mayoría de los seres humanos aún desea descendencia.
Sobre los embarazos no deseados (otro fenómeno abordado en el texto) comenta que las mujeres son las que más tienden a ajustar su vida para cumplir con el rol de madres, abandonando incluso los sistemas educativos en múltiples casos.
Marisol Alfonso explica las particularidades del informe.
Entre las alternativas para tratar los temas reproductivos, las políticas natalistas han demostrado resultados efímeros, pues suelen estar impulsadas a corto plazo.
El énfasis debe centrarse, según la especialista, en hacer más accesibles la maternidad y la paternidad, mediante licencias remuneradas más amplias, servicios de apoyo al hogar para cuestiones como la lavandería, la promoción de relaciones más equitativas en materia de género, entre otros aspectos.
“Las actuales generaciones deben ser escuchadas. Si hacemos las preguntas correctas tendremos las respuestas indicadas para implementar políticas. Hay que indagar con las personas si, en sus condiciones de vida, pueden tener la cantidad de hijos que desean”, afirma.
El caso cubano 
Juan Carlos Alfonso Fraga se refiere a las características demográficas de Cuba.
“El informe se corresponde en su concepción con lo que se hace en Cuba en materia demográfica”, afirma Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
En el caso cubano, la fecundidad está por debajo del nivel de reemplazo desde 1978, lo cual, en palabras del experto, está relacionado con logros en materia de derechos, entre otros factores.
La población al cierre de diciembre de 2024 fue de 9 748 007 personas, en un contexto donde fallecen más individuos que los que nacen y más de un cuarto de los habitantes tienen 60 años y más.
“Estamos en una nueva era demográfica, donde las personas cada vez demandarán más recursos de salud”, advierte Alfonso Fraga.
Para abordar los temas de población, la mayor de las Antillas cuenta con una política demográfica explícita, actualizada en 2022 y asociada con otras como la del adelanto de la mujer.
También ha desarrollado varias herramientas, como la Encuesta Nacional de Fecundidad de la ONEI, cuya última actualización tuvo lugar en 2022, y recopiló datos de más de 1500 familias.
Para la profesora Matilde Molina, subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, entre los principales resultados de ese estudio estuvo que más del 70% de las mujeres entre 15 y 54 años tenían hijos, un valor superior al de los hombres en el mismo rango etario.
El 29% contaba con menos descendencia de la deseada. Entre las razones para posponer la reproducción o evitarla estaba la situación económica como elemento fundamental, seguida por la necesidad de superación.
La profesora Matilde Molina analiza los datos de la última Encuesta Nacional de Fecundidad.
Molina considera que, para Cuba, la mayor desarticulación en materia de fecundidad es el embarazo adolescente. La tasa de fecundidad en estas edades presenta cifras elevadas, comparables con los países de América Latina, a diferencia de otros indicadores demográficos cubanos, que guardan relación con los de naciones desarrolladas.
“Es un problema social, aun cuando existen políticas educativas, de salud y leyes de protección para niñas, niños y adolescentes. Se eliminó el matrimonio infantil, pero continúan las uniones consensuadas, la violencia, las brechas de género y la deserción del ámbito escolar, que trunca la posibilidad de desarrollo intelectual de las más jóvenes”, comenta.
En palabras de la profesora, el factor determinante para disminuir la fecundidad adolescente es la educación integral de la sexualidad efectiva, que viene de la mano con una mayor autonomía de las mujeres para lograr sus derechos.
Para Antonio Aja, director del CEDEM, lo que ocurre en Cuba en materia demográfica no es una sorpresa, pues desde los años 70 del pasado siglo se pronosticó la situación, y para la política gubernamental actual sobre el tema se tomaron en cuenta las proyecciones.
Menciona que los cuatro objetivos principales de esa política están relacionados con la salud sexual y reproductiva, la atención integral a la población envejecida (lejos del asistencialismo), el tratamiento a los recursos laborales (que todas las personas en capacidad de trabajar lo hagan), y la atención a las causas y consecuencias de la migración, tanto interna como externa.
Sobre la migración externa, señala que desde 1930 cambió el sentido migratorio en Cuba, que pasó a ser un país emisor.
Tanto esa variable como la natalidad tienen un peso importante en el envejecimiento demográfico.
Retos 
Antonio Aja aborda los desafíos en materia demográfica.
El profesor Aja considera que, entre los desafíos de la política para atender la dinámica demográfica están el monitoreo, control y evaluación de la eficiencia de ese propio mecanismo.
Los asuntos en que más debe trabajarse, en opinión del especialista, son la atención a la población vulnerable, las cuestiones de vivienda y alimentación, el empoderamiento de la mujer y la mortalidad materna, un factor que se ha resistido a decrecer en el tiempo.
También menciona la importancia comunicar y capacitar sobre estos temas, así como el valor de una dinámica demográfica transversal al desarrollo de otras políticas. “Gobernar con ciencia e innovación implica tener en cuenta a la población”, advierte.
Para Marisol Alfonso, existe bastante consenso sobre la cuestión demográfica como un tema de política pública, pero las personas deben ser el centro de estas iniciativas y las cuestiones de derecho e igualdad de género deben estar más presentes.
Tomado de CMHW
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