Nació una tradición, dicen que el liceo tuvo la iniciativa de declarar el 16 de julio como del manicaraguense ausente. El triunfo revolucionario trajo al municipio cambios y transformaciones,la virgen dejó de exhibirse publicamente durante 40 años pero el pueblo no renunció a la celebración y al jolgorio.
La procesión, la música,los bailes con orquestas nacionales,los bocaditos de carne puerco asada, la cerveza y la alegría siguen siendo los rituales repetidos de cada 16 de julio. Mejor o peor de una manera o de otra es un día diferente y un pretexto para el disfrute. Unos llegan para este día, otros lo recuerdan,pero todos dan cuenta de la máxima martiana que: ¨Solo perdura lo que un pueblo quiere¨
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Por:Belkis Carpio Fernández
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