Horas antes de que despunte el día, los transportistas manicaraguenses se disponen a comenzar una nueva jornada que casi siempre se extiende más allá del anochecer.
De esta forma trasladan a los habitantes del terruño, a diversos productos como la canasta familiar o apoyan actividades esenciales para la economía. Volanta en mano se saben útiles y eso los reconforta.
Los mecánicos y demás obreros de apoyo también cumplen sus rol. Algunos no interrumpen su trabajo ante la presencia de la prensa, les apena hablar, no dominan las palabras bonitas, son expertos en hacer magia con sus herramientas, brindan una clase magistral de sencillez.Los directivos también ponen manos a la obra junto a sus trabajadores y logran la unión de fuerza en la entidad.

¡Muchas felicidades a todos los transportistas en su día!
Por: Raquel Medina Rivero
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